Jiak noki (Yaqui)

Lilián Guerrero

IIFL-UNAM

El yaqui pertenece a la familia yutoazteca sureña; el yaqui, el tarahumara, el guarijío y el mayo forman el grupo taracahita. El nombre con el que los hablantes lo autodenominan es jiak noki y sus hablantes se reconocen como yoemem. Se dice que hay unos 20,000 hablantes (INEGI 2015) distribuidos en Los Ocho Pueblos (ver mapa): Cócorit ‘chiltepines silvestres’, Bácum ‘lagunas’, Tórim ‘ratas de campo’, Vícam ‘puntas de flecha’, Pótam ‘brotes de tierra’, Ráhum ‘agrietados’, Huíribis ‘pájaros huitlacoches’ y Belem ‘cuesta arriba’. Estas comunidades se sitúan en el sur del Estado de Sonora, México, entre las inmediaciones de la sierra sonorense del Bacatete (de baaka ‘carrizo’ y teebe ‘largo’, ‘carrizo largo’), la costa que da hacia el Mar de Cortés y las tierras de cultivo del valle del Yaqui. Cada pueblo cuenta con varias localidades y rancherías. Aunque la vitalidad de la lengua varía entre pueblo y pueblo, el yaqui se sigue utilizando en varios contextos culturales, sociales y religiosos, así como en la vida familiar por todas las generaciones. No obstante, el índice de bilingüismo yaqui-español es bastante alto.

Mapa 1. Los 8 pueblos yaquis (Estrada et al. 2004: 44)

Entre las principales características tipológicas del yaqui están la de ser una lengua aglutinante, acusativa, de objeto primario, con marcación en el dependiente y de núcleo final. El orden de constituyentes SOV es fijo, aunque otros órdenes son posibles con fines pragmáticos. Es la única lengua yutoazteca sureña que conserva las marcas de caso en nominales; además, se distingue entre argumentos directos (nominativo, acusativo) y argumentos oblicuos (marcados con posposiciones). Otro rasgo particular es la ocurrencia de construcciones con múltiples argumentos acusativos.

Es una lengua que no fue registrada durante la época colonial. El registro más antiguo con el que se cuenta es el Arte de la lengua cahita, compuesta por un padre de la Compañía de Jesús. Este Arte se publica en 1890 por Eustaquio Buelna, en donde se atribuye a J. B. de Velasco (1562-1613) o a T. Basilio (1580-1654).

En comparación con otras lenguas de la familia, se cuenta con una buena documentación y descripción lingüística. Actualmente, el yaqui es el objeto de investigación de varios especialistas de la Universidad de Sonora (Dra. Zarina Estrada, Dr. Álbert Álvarez) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (Dra. Lilián Guerrero); pueden consultarse los sitios web para acceder a publicaciones recientes.

Foto 1. Ramada con músicos, danzante de venado y pascolas (©Lilián Guerrero)

Foto 2. Mujer yaqui (©Lilián Guerrero)

Foto 3. Danzante (©Lilián Guerrero)

Foto 4. Rezo (©Lilián Guerrero)

Adivinanzas

¿Jitasa?

Lobolai, siali pa’akutana, waiwa into sikili, chukulim bachiak, into si kaka.

Es redonda, verde por fuera, y roja por dentro, con semillas negras y bien rica.

U’u sakobai

La sandía                              

Adivinanza contada por Iván Flores Mendoza

Estudios

Entre las publicaciones más importantes se incluyen las siguientes:

  • Buitimea, C. 2007. Pesio betana nottiwame. Regreso de Hermosillo. Hermosillo: Unison.
  • Dedrick, J. y E. Casad. 1999. Sonora Yaqui Language Structures. Tucson: University of Arizona Press.
  • Estrada, Z. 2009. Yaqui de Sonora. Archivo de Lenguas Indígenas de México 29. México: El Colegio de México.
  • Estrada, Z. et al. 2004. Diccionario yaqui-español y textos. México: Plaza y Valdez y Unison.
  • Guerrero, L. 2006. The Structure and Function of Yaqui Complementation. Munich: Lincom.
  • Johnson, J. 1962. El idioma yaqui. México: INAH.
  • Silva, C. et al. 1998. Jiak nokpo etejoim. Pláticas en lengua yaqui. Hermosillo: Unison.

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