Juan C. Sager, in memoriam

Juan C. Sager y la ingeniería lingüística en México

Colegas y amigos, tengo el gran dolor de anunciarles que Juan Sager ha muerto en Manchester, Reino Unido, donde vivía desde hace mucho tiempo.  Para recordar lo importante que fue para mí, sus estudiantes, sus colegas y muchos que le trataron, quiero compartir algunos recuerdos desde que llegamos a coincidir por primera vez y la inspiración y el apoyo que desembocaron en la creación y formación del Grupo de Ingeniería Lingüística en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Corría el año de 1994 cuando, bajo la iniciativa de Juan C. Sager[i], sus colegas de la University of Manchester Institute of Science and Technology (UMIST), Lynne Bowker[ii], Andy Lauriston[iii], Marie-Claude L’Homme[iv] y Blaise Nkwenti-Azeh[v] le acompañaron con sendos artículos en el primer número de Terminology. Asimismo, se celebraron en el cono sur dos eventos en el ámbito de la terminología. A finales de marzo, en Concepción, Chile, las IV Jornadas Iberoamericanas de Terminología y, a mediados de octubre, en Buenos Aires, Argentina, el IV Simposio Iberoamericano de Terminología. En las primeras, el nombre de Juan Carlos Sager volvía a resaltar como una figura emblemática[vi]. En el segundo, tuve oportunidad de presentar, por recomendación de uno de mis directores de la tesis de maestría, Luis Fernando Lara, un artículo sobre la búsqueda onomasiológica[vii]. Esos simposios ofrecen la gran oportunidad de conocer y comunicar con los grandes maestros en el área. Fue una fortuna convivir con Teresa Cabré, creadora de la Teoría Comunicativa de la Terminología, Daniel Prado, promotor de la terminología y las industrias del lenguaje, y un extenso grupo entre los que estaban tres mexicanas: Leticia Leduc, empresaria independiente en traducción; Ana María Cardero, fundadora de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán e impulsora de la terminología en México; y María Pozzi, experta en normalización y en bases de datos terminológicas, por El Colegio de México.

María Pozzi había realizado su maestría en Traducción Automática y el doctorado en Lingüística Computacional en UMIST, con el privilegio de tener a Juan Carlos Sager como tutor académico y, con el paso del tiempo, un amigo incondicional. Por ejemplo, las aportaciones de Sager en normalización de la terminología[viii] fueron clave para la conducción posterior de María Pozzi en el Comité Técnico ISO/TC37[ix].

Fue María quien me entusiasmó para realizar un doctorado en UMIST bajo la dirección de su tutor Sager, por entonces ya un respetado amigo. La investigación que me proponía de conducir tenía por objetivo intentar automatizar la elaboración del diccionario onomasiológico con las técnicas en curso de la lingüística computacional. Desgraciadamente, para esa época el Profesor Sager ya se había retirado y quedé recomendado para que, en su lugar, un discípulo suyo, John McNaught, dirigiera mi investigación de doctorado en el Centre for Computational Linguistics (CCL). Por la situación económica que atraviesa un estudiante casado y con una hija en el extranjero con una beca, busqué algún trabajo complementario. Del grupo de profesores allegados al profesor Sager, Marie Hayet me ofreció anotar con HTML una página web que deseaba publicar, trabajo que realicé en un par de semanas. Poco tiempo después, me pidieron que me comunicara con el profesor Sager, pues él tenía otro trabajo que ofrecerme. Le marqué por teléfono en el mejor inglés que pude, pero debió haber notado mi dificultad para expresarme que empezó a hablar en español. Me pareció normal, pero después supe por María Pozzi que al menos con ella la comunicación siempre había sido en inglés y que difícilmente lo oías hablar en español, aunque procediera de la Argentina. Fui a The Grove, su casa en Didsbury, para apoyarlo en la edición del libro que estaba haciendo en memoria de Giovanni Pontiero, el traductor del premio Nobel de literatura 1998, José Saramago[x]. La edición fue realizada en WordPerfect y duró varias semanas, en las que tuve oportunidad de tomar el clásico té británico con biscuits, amenizado con largas charlas que ya ansiaba gustoso. Me fue notoria su modestia al contarme la contribución que él había hecho en terminología, por ejemplo, “un libro pequeño pero sustancial[xi], en comparación al que había escrito Cabré[xii]”, con un énfasis sobre el empleo de las computadoras en el trabajo terminográfico. Su libro me sirvió para entrar y mantenerme en el campo de la terminótica[xiii]. Asimismo, fui conociendo a lo largo del tiempo su iniciativa para la creación desde cero del CCL en UMIST, tanto con lingüistas de diferentes disciplinas, como con expertos en computación, siendo el primer centro en el Reino Unido, si no es que en el mundo entero, que lograba esta simbiosis y que inspiró a otros, por ejemplo en España[xiv]. Habiendo dejado el camino, aunque no por ello satisfecho, reiteraba que su retiro de la Universidad le permitía darles oportunidad a las nuevas generaciones para seguir avanzando conforme fuera la tendencia de la época. En lo personal, le daba tiempo para dedicarse a cuidar un invernadero y un jardín tapiado llenos de colores vivos, tanto como a leer una amplia variedad de literatura en diversos lenguajes y escuchar la misma variedad de música clásica.  Se interesó en particular en textos de filosofía y campos relacionados que pudieran arrojar luces sobre la organización de conceptos[xv] o el problema de la definición[xvi]. Con todo, podía ver que nunca abandonó la academia, pues no solo me orientó con algunos consejos sobre mi investigación, sino que continuamente recibía cartas de conocidos y recomendados para pedir su evaluación en libros y artículos.

Acabada la edición del libro, me encargó con Blaise Nkwenti-Azeh para que lo apoyara en anotar los metadatos de varios volúmenes que contenían escritos recopilados en el área de lingüística, traducción, terminología y lingüística computacional a lo largo de varios años de su carrera. Además de varios artículos, tuve oportunidad de leer, en mis horas extras, la correspondencia que mantuvo con figuras como Nicoletta Calzolari y Yorick Wilks. El reto más fuerte de mi encomienda fue tratar de encontrar el nombre del autor, el título del documento, la editorial y la fecha de publicación, en documentos escritos en inglés, francés, italiano y portugués, como en alemán, árabe y griego, entre otras lenguas que no me eran familiares. Desconozco si fue acertado mi trabajo, por lo que me quedó el interés por lo complejo que resulta la obtención automática de metadatos, trabajo que realicé con un alumno de doctorado[xvii].

Toda vez que los trabajos temporales fueron terminados, me recomendó con Mona Baker para que me uniera a su equipo técnico del Translational English Corpus (TEC)[xviii] de manera regular. Sager también había sido impulsor de la ingeniería lingüística en los estudios de traducción[xix]. Mi labor por un par de años consistió en digitalizar, limpiar y etiquetar con XML los libros que nos hicieron llegar. De ahí nació mi interés por la lingüística de corpus que he llevado a cabo por más de 20 años, y del que saliera un libro[xx] que fue reseñado por Beatriz Arias[xxi], Rebeca Barriga[xxii] y Julio Serrano[xxiii]. Del equipo TEC, Saturnino Luz, el diseñador del software de gestión de corpus[xxiv],  me dio las bases para la creación de Geco[xxv], nuestro gestor de corpus.

Si solo dijera que fue crucial el apoyo de Sager para subsistir económicamente en Manchester por tres y medio años, sería más bien injusto. No solo aprendí con los trabajos que después he continuado en México, sino aún más por esas constantes charlas en The Grove que me hicieron pensar en la posibilidad de también contribuir en mi país con un área que no se había desarrollado formalmente. Al regresar a la UNAM, el Ingeniero Roberto Magallanes me abrió las puertas del Instituto de Ingeniería para que, si era de mi interés, pudiera desarrollar, “bajo mi cuenta y contracorriente”, las líneas de investigación que considerara conveniente. En esos días, coincidió que Marie Hayet, eterna amiga del profesor Sager, venía a México y deseaba hacer una semana de estancia académica conmigo. El plan de trabajo era claro y contundente: aprovechar el potencial académico de la UNAM para crear el Grupo de Ingeniería Lingüística. Estudiamos la estructura de la Universidad y, con fin de establecer vínculos para realizar investigación conjunta e impartir cursos, fuimos a tocar diferentes puertas. Siguiendo la trayectoria del profesor Sager, la ingeniería lingüística se forma con la interacción de disciplinas de las ciencias y de las humanidades para la creación de herramientas y desarrollos a favor de diversas empresas académicas, profesionales y de servicio. Por ello, esquematizamos las diferentes líneas de conocimiento involucradas, así como las múltiples aplicaciones y áreas de oportunidad. Ofrecimos cursos en las licenciaturas de la Facultad de Ingeniería, en la de Ciencias y en la de Filosofía y Letras, así como en los posgrados de Lingüística, de Computación y de Bibliotecología. Esos cursos actualmente se han ampliado por varios de los alumnos formados, no solo en la UNAM sino en varios lugares de México, tales como El Colegio de México, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Autónoma de Querétaro, la Universidad Autónoma de Baja California y el Instituto Superior de Intérpretes y Traductores. Con base en la visión teórica y aplicada de Sager, nos acercamos a los profesores e investigadores del Centro de Instrumentos, al de Lenguas Extranjeras, al de Enseñanza para Extranjeros y al Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas; al Instituto de Investigaciones Filológicas y al de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas. Como él mismo llegó a comentarme en ese jardín que tanto cuidaba como a cada uno de sus discípulos: “Se llamarán de muchas formas, según los tiempos y las modas”. Ingeniería lingüística, lingüística computacional, procesamiento de lenguaje natural, tecnologías del lenguaje, industrias de la lengua; terminótica, lexicografía computacional, tradumática, ofimática, traducción automática; minería de texto, tecnologías del habla, interacción humano-computadora, sistemas de diálogo; recuperación de información, extracción de información, bibliometría, estilometría; lingüística de corpus, lingüística forense. Quedaron sus palabras, “es la interacción conjunta entre la lingüística y la computación, no cada una de ellas por separado”.  Lo que vino después es historia; la ingeniería lingüística en México es, hoy en día, un legado de las enseñanzas del profesor Sager.

Desde que se jubiló, y con la disciplina de hierro que se le conocía, el Profesor se iba en bicicleta para nadar y atender clases de gimnasia. Era común encontrarlo trepado en las escaleras para limpiar el tejado o arreglar alguna parte de la estructura de su casa del siglo 19. Había que ejercitar el cuerpo al igual que la mente, decía. El 18 de febrero del 2021, tras una corta estancia de seis días en el hospital tras sufrir un derrame cerebral, “Prof”, como todos sus discípulos le decían, no se fue, sino que queda en todos aquellos que tuvimos la fortuna de tratarlo. Como fue su voluntad, el dos de marzo fue cremado sin ceremonias. En tiempos de restricciones por la pandemia de Covid, solo un puñado de personas asistió a la llegada del coche fúnebre. Trasciende en nuestras obras y los más de veinte años del Grupo de Ingeniería Lingüística de la UNAM le quedarán eternamente en deuda.

Gerardo Sierra, Universidad Nacional Autónoma de México


[i] Sager, Juan Carlos 1994. Terminology: Custodian of knowledge and means of knowledge transfer. Terminology. International Journal of Theoretical and Applied Issues in Specialized Communication, 1(1), 7-15.

[ii] Bowker, Lynee. 1994. Applied terminology: A state-of-the-art report. Terminology. International Journal of Theoretical and Applied Issues in Specialized Communication, 1(1), 181-192.

[iii] Lauriston, Andy. 1994. Automatic recognition of complex terms: Problems and the TERMINO solution. Terminology. International Journal of Theoretical and Applied Issues in Specialized Communication1(1), 147-170.

[iv] L’Homme, Marie-Claude. 1994. Management of terminology in a machine-translation environment. Terminology. International Journal of Theoretical and Applied Issues in Specialized Communication1(1), 121-135.

[v] Nkwenti-Azeh, Blaise. 1994. Positional and combinational characteristics of terms: Consequences for corpus-based terminography. Terminology. International Journal of Theoretical and Applied Issues in Specialized Communication1(1), 61-95.

[vi] http://www2.udec.cl/panorama/p511/p9.htm

[vii] Sierra, Gerardo. 1994. “Bases del diccionario onomasiológico computarizado en el área de desastres”. Memoria del IV Simposio Iberoamericano de Terminología. Buenos Aires. Octubre 17-20.

[viii] Johnson, R. L., & Sager, Juan Carlos 1980. Standardization of Terminology in a Model of Communication. International Journal of the Sociology of Language1980(23), 81-104.

[ix] Pozzi, María. 2003. Hacia la armonización de la terminología usada en las normas del comité técnico iso/tc37: identificación semi-automática de términos problemáticos en un corpus. Estudios de Lingüística Aplicada, (38), 109-127.

[x] Orero, Pilar y Sager, Juan Carlos, eds. 1997. The Translator’s Dialogue Giovanni Pontiero. Amsterdam: John Benjamins.

[xi] Sager, Juan Carlos 1990. Practical course in terminology processing. John Benjamins Publishing.

[xii] Cabré, María Teresa. 1993. La terminología: teoría, metodología, aplicaciones. Editorial Antártida/Empúries.

[xiii] Sierra, Gerardo, Medina, Alfonso y Lázaro, Jorge. 2012.“Terminótica y sexualidad: un proyecto integral”. En Actas XII Simposio Iberoamericano de Terminología. Red Iberoamericana de Terminología RITerm, Buenos Aires, Argentina, pp 84-102.

[xiv] Sager, Juan Carlos, Gil de Carrasco, Antonio. (coords.) 1996. Estudios computacionales del español y el inglés : artículos presentados en el Simposio de Lingüística Española celebrado en UMIST, Mánchester, los días 19 y 20 de mayo de 1995 y organizado conjuntamente por el Instituto Cervantes de Mánchester y el. Manchester.

[xv] Sager, Juan Carlos 2002. Historical readings in terminology: Plato: Extracts from two Dialogues. Terminology. International Journal of Theoretical and Applied Issues in Specialized Communication8(1), 163-166.

[xvi] Sager, Juan Carlos 2000. Essays on definition. John Benjamins.

[xvii] Morales-Solares, Carlos, Sierra, Gerardo y Escalante, Boris. 2016. “An unsupervised approach for automatic discovery of metadata in document images”. 15th Mexican International Conference on Artificial Intelligence, IEEE, Mexico, pp. 1-7.

[xviii] Baker, Mona. 1999. The role of corpora in investigating the linguistic behaviour of professional translators. International Journal of Corpus Linguistics4(2), pp. 281-298.

[xix] Sager, Juan Carlos 1994. Language engineering and translation: consequences of automation (Vol. 1). John Benjamins Publishing.

[xx] Sierra, Gerardo. 2017. Introducción a los corpus lingüísticos, Instituto de Ingeniería, UNAM.

[xxi] Arias Álvarez, Beatriz. 2018. “Gerardo E. Sierra Martínez, Introducción a los Corpus Lingüísticos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2017, 214 pp. ISBN: 978-607-029-898-1”. Anuario de Letras. Lingüística y Filología VI (2), pp. 237-242.

[xxii] Barriga Villanueva, Rebeca. 2019. “Gerardo Sierra Martínez. Introducción a los Corpus Lingüísticos. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Ingeniería, México, 2017; 212 pp.”. Lingüística Mexicana. Nueva Época 1 (2), pp. 175-178.

[xxiii] Serrano, Julio. 2020. “Gerardo E. Sierra Martínez. Introducción a los corpus lingüísticos”. Estudios de Lingüística Aplicada, [S.l.], pp. 229-233

[xxiv] Luz, Saturnino. 2011. Web-based corpus software. Corpus-based Translation Studies–Research and Applications, pp. 124-149.

[xxv] Sierra, Gerardo, Solórzano, Julián y Curiel, Arturo. 2017. “GECO, un Gestor de Corpus colaborativo basado en web”. Linguamatica 9 (2), pp. 57-72.