Marcha por la Ciencia – México 14 de abril de 2018

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22 de Febrero de 2018
CONVOCATORIA

Convocamos por este medio a toda la población, a manifestarnos de nuevo este 14 de abril de 2018, en la Victoria Alada de la Ciudad de México, y en los centros de cada capital y ciudad de la República Mexicana para exigir que el presupuesto se utilice para el bien de la nación, en ciencia, en cultura, en educación, en el desarrollo tecnológico y en la innovación.

La ciencia, la tecnología y la innovación son elementos indispensables para que la nación logre el bien común, para que se mejore la calidad de vida de la población, y para conservar nuestro entorno, coadyuvar a resolver desde lo cotidiano, hasta los grandes problemas del mundo actual. Entender al mundo nos permite construir alternativas autosuficientes, sustentables, y nos permite enfrentarnos a los grandes problemas de la nación y del planeta.

Hace un año, investigadores, académicos, estudiantes de muchas universidades y la comunidad en general, nos organizamos para levantar la voz ante los recortes a la ciencia y la tecnología. En México, más de 20 mil científicos nos manifestamos en la Marcha por la Ciencia, ocurrida el 22 de abril del 2017 en diversas ciudades del país.

El año pasado nos mostró también la verdadera importancia del conocimiento científico. Ante eventos catastróficos como los temblores que sufrimos los mexicanos, los profesionistas, los científicos, de todas las disciplinas, nos volcamos a la calle para ayudar en la reconstrucción. Sin un ingeniero civil, sin un médico, sin un farmacólogo, sin un terapeuta, la catástrofe habría sido mayor. Aun así, este año vimos de nuevo cómo la presente administración sigue menoscabando la importancia de la ciencia.

Nuestro país y el mundo necesitan más científicos y estos se forman a través de la educación crítica y contextualizada. Actualmente se redujo el número de personas que estudian un posgrado. En nuestra nación más de la mitad de los mexicanos viven en extrema pobreza, en esas condiciones, la única posibilidad para generar conocimientos de alto nivel es con becas. La reducción de presupuesto afectó grandemente el acceso a becas para estudios de posgrado. Además, en varias universidades públicas del país, vivimos una crisis de presupuesto que puso en entredicho la existencia misma de esas universidades (UMSNH, UAZ, UAEM, entre otras), y pone en dificultades la investigación en ciencia, tecnología e innovación. Esta crisis podría tener graves consecuencias para la soberanía, haciéndonos aún más dependientes de tecnologías y soluciones extranjeras, que muchas veces no son compatibles con la realidad nacional.

Este año ha sido de retos y dificultades para la ciencia en México. El presupuesto asignado a ciencia y tecnología ya no alcanzará en este sexenio el 1% del Producto Interno Bruto (PIB), cantidad establecida en la ley. El presupuesto a ciencia y tecnología será menos del 0.5% del PIB, representando un recorte, tan sólo en 2017, de 8 mil 222 millones de pesos, equivalente al 23% de lo asignado el año de 2016. En este año, 2018, el presupuesto recibe un nuevo recorte de 4.1% en términos reales. El discurso de la administración actual ha sido desde el principio de apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación, pero los hechos muestran que nunca fueron prioridad.

Este diagnóstico no es menor, pues entonces hace pensar que las últimas decisiones, por ejemplo, respecto a la cantidad de becas para estudiantes de posgrado y su conversión a UMAS no sean un simple desajuste, un mal cálculo, una errata, una equivocación inocente. Hace pensar más bien, que esas decisiones son parte de un plan estructurado para eliminar el gasto estatal dedicado a la Ciencia y Tecnología.

La formación de las cátedras CONACyT se mostró como una alternativa ante la falta de plazas para investigación. Aun cuando pareciera que así es, las cátedras representan un paso más hacia la precariedad en el empleo. Quienes son contratados en las cátedras no estarán adscritos a una universidad, no harán antigüedad, y nada les asegura la permanencia en su trabajo. La nación requiere que las personas que la conforman tengan educación de calidad, que sean capaces de entender y contribuir al conocimiento en general.

Además, se tiene preparada una propuesta de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología que podría presentarse por la administración saliente antes de la próxima elección. Esta reforma establecería las directrices en materia de Ciencia y Tecnología para el periodo 20-30 en nuestro país. Por esto, es prioritario que se dé a conocer el contenido de la propuesta y se contemple la participación de la comunidad científica en la discusión de esta reforma en todo momento. Es urgente que la reforma se enfoque en fortalecer el sistema de posgrado, la creación de nuevos centros de investigación y el aumento de la inversión pública y privada, en pro de la generación de conocimiento y del desarrollo económico y bienestar de la sociedad mexicana.

La marcha por la Ciencia propone entonces un cuestionamiento general a los políticos y a las políticas públicas respecto a la divulgación del conocimiento, la ciencia, y la tecnología que incluye, pero no es exclusiva, al problema de las UMA.

El conocimiento y el acceso a la ciencia son un trabajo colectivo. En la medida en que más individuos nos cuestionemos la realidad y pensemos en la resolución de problemas, y/o en el entendimiento del mundo, será más fácil encontrar soluciones. Lo mismo ocurre con la organización misma del quehacer científico. Los problemas y decisiones que enfrenta la asignación de recursos y la decisión de temas prioritarios para la nación son más fáciles de identificar y resolver con la participación de todos. Es por esto que también hacemos un llamado a todos a participar más allá de la manifestación del 14 de abril. Los invitamos a integrarse en la discusión general acerca de la dirección y organización de la ciencia en nuestro país.

El equipo de la Marcha por la Ciencia propone que, para asegurar la independencia y soberanía en ciencia y tecnología, así como la toma de decisiones informada, los presupuestos de CONACyT deben aumentar el presupuesto y blindarse, no estar a discreción o gusto de la gente que haga el presupuesto cada año.

Nos presentamos juntos contra las políticas que callan evidencias, e intentan silenciar y censurar científicos. Trabajamos juntos para hacernos uno con las comunidades que servimos, y asegurar que las administraciones entiendan y aprecien el servicio vital que la Ciencia provee.

La Marcha por la ciencia lucha por nuestras familias, nuestras comunidades, y nuestro futuro colectivo.

Reiteramos la convocatoria para asistir este 14 de abril de 2018 a la Marcha por la Ciencia. El presente es nuestro, construyamos el futuro.

Exigiendo:

“MAYOR PRESUPUESTO PARA LA EDUCACIÓN, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA